Antes de que entremos de lleno en este tema quiero que definamos y acordemos que en este Blog no consideramos al AMOR como un sentimiento sino como energía-acción. Así que dicho esto te comparto... Hoy retome mis caminatas en el parque, después de un mes de estar en casa en reposo por lo de mi pie, hoy por fin retome formalmente mis caminatas matutinas, esas en donde Dios, Jesús y todos mis guías espirituales nos reunimos para conversar. En este reencuentro al aire libre me hicieron consciente de lo siguiente:
Haciendo esa conexión con lo divino, diciéndole al Universo, a Dios, a Jesús, a todos mis ángeles, a mis guías, maestras ascendidas que Elijo Amor, me han hecho ver que dentro de esta palabra se encuentran cuatro acciones que nos llevan justamente a esa comunión con lo divino.
En la primera letra que es A, tenemos la acción que nos invita al agradecimiento. Simplemente agradecer por el instante santo en el que nos encontramos, agradecer lo que podemos disfrutar, lo que tenemos, agradecer las experiencias, los retos, e incluso agradecer los obstáculos. En la gratitud podemos contemplar la oportunidad que tenemos para crecer y también podemos contemplar todos los recursos que tenemos, todas las bendiciones, la riqueza que tenemos.
La segunda letra que es la M, esta nos invita a meditar y la meditación puede ser una meditación activa o una meditación pasiva. La meditación pasiva recordemos que es a través de una posición en específico, en contemplación, o quizá haciendo una repetición mántrica o una repetición de nuestra propia respiración, en silencio, en comunión con lo divino. O puede ser una meditación activa a través de alguna actividad como correr, hacer yoga, tai chi o también puede ser a través de la escritura o la lectura. Considerando la meditación a través de la lectura puede ser sumergiendo nuestra mente y corazón en esos libros que nos ayudan a comulgar con lo divino como puede ser Un Curso De Milagros o como puede ser la Biblia, o esos otros libros que nos dan una sabiduría, una comprensión de lo divino. Al meditar hacemos del momento o del instante: un Instante Santo. Porque nos ponemos presentes, estamos presentes para lo divino, para el energía universal y para nosotros mismos.
La letra O nos invita a la acción de orar. Orar con conciencia, orar es ejercer nuestro poder de palabra o manifestación con conciencia y en la oración va implícita nuevamente la gratitud y el decreto de aquello que queremos manifestar, aquello de lo que ya estamos conscientes de que estamos listos para manifestar. Cuando hablo de orar, cuando los ángeles, el mismo Jesús, me hablan de oración, me lleva a pensar en esas frases claves del maestro Jesús: yo soy la luz, yo soy el verbo, yo soy la resurrección y la vida, yo soy el camino, yo soy y también me lleva a reflexionar sobre esas frases que él dijo para que el otro sanara, cambiará, se transformará, como lo es el caso de Lázaro. A él le dio la indicación correcta, orando de forma correcta: Lázaro, levántate y camina.
Por lo tanto oremos con conciencia y como bien nos lo dice Miguel Ruiz en el primer acuerdo tolteca de su gran libro Los Cuatro Acuerdos, se impecable con tus palabras. Sé que esto nos cuesta mucho trabajo porque hablamos de pronto en automático y reafirmamos una y otra vez aquello que no queremos, pero procuremos ir cambiando esos hábitos al momento de orar y de pronunciar aquello que estamos por manifestar. Orar nos hace estar consciente de lo que decimos y de lo que estamos manifestando co-creando aquí en la Tierra.
Por último está la R, de reflexionar. Reflexionar sobre lo que hemos hecho en el Instante Santo, reflexionar sobre las respuestas divinas. La R también nos lleva a estar receptivos, a recibir. Recibir esa luz, esa energía, esa sabiduría, eso que hemos decretado, eso que hemos orado.
Por lo tanto cuando elegimos amor estamos en la propuesta divina de llevarnos a la acción, de ponernos en acción. Agradeciendo, meditando, orando y recibiendo o reflexionando.
Yo hoy Elijo Amor, y tú??
Yo Soy Patricia Tanus
La luz sea contigo.
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