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  • Foto del escritorPatricia Tanus

HE VIVIDO EN PECADO… STORYTIME




NOTA: El blog es largo, si deseas escucharlo da clic aquí. Si te gusta leer, continua...


Dicen por ahí que el primer síntoma es la negación, y todos de una u otra forma negamos muchas cosas, entre ellas el que estamos pecando. Te explicaré con detalle esto del pecado más adelante… solo antes te pido que por favor abras tu mente y corazón a lo que estoy a punto de develarte. Para ello te pido que repitas conmigo lo siguiente:


Gran Yo soy, me abro a todas las infinitas posibilidades que tienes para mí. Abro mis ojos, mis oídos, mi mente y corazón a percibir y comprender fácilmente lo que hoy me regalas para sanar, liberar y transformar mi vida. Elijo la verdad, elijo amor.

¡¡Ahora sí, comencemos!!


Todos, absolutamente todos pecamos en mayor o en menor medida. Es mi intención que con este blog tu logres romper el paradigma de pecado-culpa y lo llevemos a la realidad cotidiana en la que vivimos y aprovechemos al máximo todas esas herramientas que lo divino pone en nuestro camino para liberarnos de ello.


Comencemos por definir que es pecado: persona o cosa que se aparta de lo recto y justo, o que falta a lo que es debido. Transgresión consciente de lo que se tiene por bueno.


Si lo leemos así tal cual y lo basamos en que somos pecadores-culpables y merecemos un castigo o penitencia, entonces procuraremos negarlo u ocultarlo, y es natural, a quien en su sano juicio le gusta ser regañado, castigado o reprendido… ¡¡A NADIE!!


Pero llego el momento de la verdad. La verdad es que, si somos pecadores y el aceptarlo con todas sus letras nos puede ayudar a limpiar, sanar, corregir o llevar a otro modo de vida más pleno.


STORYTIME

Tras los duelos y situaciones de conflicto, de caos, de confrontación y de padecimiento que he experimentado en los últimos años, sin duda mis emociones se alinearon al MIEDO, no podía evitarlo, dolía y mucho.


Así que al estar sometida a una noche muy larga y profunda del alma donde tuve que ser abatida por todas esas experiencias, no hubo más que llevarme a experimentar el miedo y algunas de esas emociones que llamamos negativas o dañinas. Sí, lo acepto me encontré en ese momento donde dije TE ODIO VIDA, ODIO LO QUE PASA, ODIO ESTO QUE ME DUELE, y más aún, llegue a ese punto donde le dije a Dios: ESTOY ENOJADA CONTIGO.


Cabe señalar que del SENTIMIENTO DE MIEDO se desprenden las emociones de: ira, enojo, depresión, tristeza, desasosiego, falso orgullo, soberbia, ansiedad, bruma, agresividad, baja autoestima, celos, control, crítica, culpa, desesperanza, vergüenza, sufrimiento, rechazo, preocupación, odio, envidia, fracaso, frustración, y un sinfín más de emociones que nos hacen actuar o ser de manera que nos alejamos de nuestro potencial creativo. De hecho, esto es algo totalmente destructor. Todo exceso es destructivo, con mayor razón las emociones dañinas, esas emociones que con el pasar del tiempo se van acumulando en nuestro interior y terminan por causarnos graves y terribles padecimientos.


En mi caso, junto al odio, había, impotencia, culpa, sufrimiento, críticas, envidia, recelo, ansiedad, tristeza, y otras tantas emociones propias del momento y de una larga historia de vida. El PECADO en todo su esplendor. Y no lo veamos desde el ámbito religioso únicamente, del cual ya hablaré más adelante y que sin duda toda religión nos ha brindado herramientas para sanar el pecado. Sino veámoslo desde la definición de pecado: estaba apartándome de lo recto y justo, estaba faltando a la conexión con lo que es debido, a la conexión con Dios. Transgredí conscientemente aquello que me hace bien, aquello que es bueno: EL AMOR.


Y también comprendamos que el amor, más allá del romanticismo, es el sentimiento que nos da emociones como: alegría, gozo, plenitud, creatividad, seguridad, confianza, certeza, libertad, placer, claridad, éxito, compasión, flexibilidad, honor, fe, paz, inocencia, relajación, respeto, reconocimiento, apoyo, comprensión, y todas esas emociones que a fin de cuentas nos motivan y ayudan a CREAR una mejor vida o por lo menos, que mejoremos las experiencias en las que estamos inmersos ahora.


Y bueno, como buena angeloterapeuta, me permití ser asistida por mis guías de luz. Y pedí, sí a pesar de ese enojo y odio que sentía, me atreví a pedir ayuda a lo divino. Deseaba salir de ese estado de miedo. Y lo divino me respondió, poco a poco se ha ido abriendo el camino hacia el amor, poco a poco he ido liberando esas emociones que me hacen pecar, y me doy paso a la llamada SALVACIÓN.


Este blog, surge a partir de leer un versículo en el libro “1 Juan”, en el versículo 1:5, el cual me hizo comprender todo mi proceso y es por ello que te lo comparto, este versículo dice:

Este es el mensaje que hemos oído de él y que les anunciamos: DIOS ES LUZ, Y EN ÉL NO HAY NINGUNA OSCURIDAD. SI AFIRMAMOS QUE TENEMOS COMUNIÓN CON ÉL, PERO VIVIMOS EN LA OSCURIDAD, MENTIMOS Y NO PONEMOS EN PRÁCTICA LA VERDAD. PERO, SI VIVIMOS EN LA LUZ, ASÍ COMO ÉL ESTA EN LA LUZ, TENEMOS COMUNIÓN UNOS CON OTROS, Y LA SANGRE DE SU HIJO JESUCRISTO NOS LIMPIA DE TODO PECADO. SÍ AFIRMAMOS QUE NO TENEMOS PECADO, NOS ENGAÑAMOS A NOSOTROS MISMOS Y NO TENEMOS LA VERDAD. SI CONFESAMOS NUESTROS PEDADOS, DIOS, QUE ES FIEL Y JUSTO, NOS LOS PERDONARÁ Y NOS LIMPIARÁ DE TODA MALDAD. SI AFIRMAMOS QUE NO HEMOS PECADO, LO HACEMOS PASAR POR MENTIROSO Y SU PALABRA NO HABÍTA EN NOSOTROS.

Abramos la mente y el corazón a estas palabras y para ello voy a recurrir a otro texto que me da apertura en el entendimiento de las sagradas escrituras, UCDM, y partamos entonces de la definición de pecado y entremos a la herramienta que nos da UCDM y la propia Biblia en este versículo de Juan.


Si pecado es hacer algo que nos aparta de lo recto y justo, o que falta a lo que es debido. Es la transgresión consciente de lo que se tiene por bueno (sentir emociones desde el miedo y negarlo u ocultarlo). Y bajo la enseñanza de UCDM que nos dice: Perdonar a través del Espíritu Santo consiste simplemente en mirar más allá del error desde un principio, haciendo que, de esta manera, nunca sea real para ti (recibir el apoyo de Dios, ser bañados por la sangre de Jesús y asistidos por el Espíritu Santo) entonces, no crees que valga y en mucho aceptar lo que sentimos, ACEPTAR QUE SOMOS PECADORES y hacer el acto de confesión (ante un sacerdote, terapeuta, psicólogo o ante el propio espejo) pero aceptar simplemente lo que sentimos desde el miedo y abrirnos a la salvación, es decir a la reconexión con el amor, incluso el amor propio, el amor que mora en nosotros, yo digo que SI.

 

Un comentario en una pregunta sobre el pecado que hice en mi perfil de Facebook me apoya a mirar más allá del error que uno en el presente puede estar experimentando… me lleva a considerar el error que heredamos a través del ADN y a través de la domesticación familiar… EL PECADO ORIGINAL, nace en el momento en que sentimos miedo por ser despojados de nuestro origen: Dios, Fuente Divina, Nirvana, Cielo o como desees llamarlo.


Es curioso hace unos días veía un video del nacimiento de un niño, el cual nació dentro de la bolsa de líquido amniótico, esta bolsa amniótica es un saco cerrado que se forma alrededor del embrión a los pocos días de la fecundación y es lo que nos mantiene unidos a nuestra madre, comúnmente se rompe al momento del parto. En este video se pudo apreciar ese momento, pero fuera del vientre de la madre. Al ver como el pequeño seguía cómodo, tranquilo dentro de la bolsa, y de pronto la bolsa se rompe y el bebé comienza a llorar, pensé justo que debía de haber experimentado miedo. Todos lo experimentamos al momento de nacer, fuimos despojados de ese lugar donde nos hemos sentido protegidos, amados, alimentados. Es algo fuerte, confrontador y sin duda algo que nos hace experimentar MIEDO. Y así inicia el pecado, esas sensaciones de miedo que vamos almacenando conforme vamos creciendo (el regaño por faltar a los deberes, la sensación de abandono al entrar por primera vez al kínder, la decepción amorosa en la adolescencia o juventud, la impotencia al no conseguir empleo, el dolor de perder a un ser amado, etc.)


Lo ideal es que además de aceptar nuestras emociones buenas y malas, también aceptemos la invitación que tenemos desde lo divino para sanar y dar el seguimiento o atención debida a esas emociones dañinas que nos apartan del paraíso.


El amor, hay que anclarlo aquí en la Tierra, hay que expandirlo, compartirlo, expresarlo a través de nuestras habilidades, dones y talentos. Al miedo, a ese hay que sanarlo bajo la ayuda divina.

En conclusión, el pecado estará presente a lo largo de tu paso por la vida, es parte de ser un SER HUMANO, el propósito de ese pecado es sanarlo, sanar lo que vienes arrastrando generacionalmente. Considera entonces que el propósito de tu presencia aquí en la tierra es divino y no humano. Y el ser humano aquí en la tierra tiene como objetivo ayudar a lo divino a corregir la historia de millones de años de la que somos parte.


Como apoyo te dejo tres herramientas geniales para usarlas diariamente e ir despojándote de ese “pecado original”.

1)    La más sencilla: Ho’oponopono. Hay muchas frases gatillo o rápidas que pueden ayudarte a regresar al amor. La más conocida es -LO SIENTO, PERDÓNAME, GRACIAS, TE AMO. En mi cuenta de Instagram te estaré compartiendo algunas frases gatillo para que puedas ir sanando.

2)    Al igual que las frases de Ho’oponopono ayudan al ser pronunciadas, también lo hacen los versículos bíblicos. Hay muchos, pero te comparto uno que en especial me ayudo a salir a flote y reconectar con emociones más sutiles, elevadas y amables:

Mi corazón se alegra en el Señor; en Él radica mi poder. 1Samuel 2:1

3)    UCDM en el libro de ejercicios, LECCIÓN 46, nos ofrece un instante santo. Pues a través del Espíritu Santo perdonamos y sanamos esas emociones pecadoras.

·         Tomate un momento en soledad, respirando profundamente y en cuanto sientas el momento ideal, comienza a sanar diciendo lo siguiente:

-    [Nombre], Dios es el Amor en el que te perdono. (Repite por cada persona o situación que te tiene mareado o en mal plan)

·         Posteriormente recita:

-    Dios es el Amor en el que me perdono a mí mism@. (Repite cuanto consideres necesario)

·         Luego puedes añadir las siguientes frases:

-    Dios es el Amor con el que me amo a mí mism@.

-    Dios es el Amor en el que me alzo bendecid@.

·         Y quédate un momento en reflexión en conexión con el Espíritu Santo.

 




Y para ir cerrando este blog que quizá ya se te hizo eterno, te dejo el link para que puedas escucharlo en mi nuevo podcast en mi cuenta de SPOTIFY, donde también te comparto algunos tips para que puedas salir librado de esas emociones con mayor facilidad.


No me resta más que agradecerte estar aquí, leyendo esta reflexión que me ha ayudado a retomar mi vida, a sentir nuevamente AMOR A LA VIDA, AMOR A MI PLAN DIVINO y por supuesto AMOR A MI MISMA, regresado así a las redes sociales para seguir compartiendo la luz de lo divino y tengamos todos una mejor calidad de vida.

 

YO SOY PATRICIA TANUS

LA LUZ SEA CONTIGO



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