Creo que cada año tiene lo suyo, cada año tiene sus retos, sus logros, sus pérdidas y sus sorpresas, y en sí cada inviernos nos invita a hacer una revisión detallada de lo vivido. Y este 2022 no es la excepción, este año en lo personal ha sido muy retador, muchas experiencias que me han llevado incluso a pensar en tirar la toalla. Sin embargo, Jesús y los ángeles han estado ahí. Me han dado las herramientas y el apoyo espiritual que he necesitado para ponerme de nuevo en pie y seguir adelante.
Hoy, haciendo mi oración de la mañana comentaba con Jesús que sentía la necesidad de recuperar el orden y el sentido de mi vida. De hecho dando seguimiento al calendario de adviento, me sonreí pues hoy toca la tarea de buscar a la oveja perdida de la familia y me dije a mi misma, esa oveja soy yo. Acto seguido busque en la lista de las llamadas promesas de Dios y me tope con este versículo:
Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. Mateo 11:28
Y dije, de aquí soy!! El cansancio no solo es físico, podemos tener cansancio emocional o mental, y justo se da a causa de experimentar tantos retos emocionales. Así que me quede reflexionando en la sabiduría que este versículo encierra, y aquí me tienes, compartiendo esta promesa-propuesta contigo.
El invierno nos invita a hacer un cierre de ciclos, un momento de reflexión y de soltar como los árboles aquello que ya fue y necesita regresar al origen. Soltar lo pasado, soltar lo ya vivido. Y es justo a través de la meditación, la introspección, el ir hacia Dios dentro de nosotros que podemos hacer ese cierre, ese soltar y ese recuperar las energías, el vigor y la voluntad para comenzar de nuevo.
Así que, qué mejor que podamos ir hacia Dios en nuestro interior y recibir ese descanso tan merecido. Dándonos la oportunidad de entregar a Dios, a Jesús y a los ángeles aquello que nos aqueja, aquello que nos desgasta o nos aflige y permitir que el milagro de Navidad ocurra.
Buscar a la oveja negra no necesariamente tiene que ser relacionado con otros, a veces las ovejas negras son esos temas que nos quitan el sueño, que nos desgastan, esos asuntos que necesitan ser atendidos por Dios. Esta semana te invito a buscar tus ovejas negras y entregarlas a Dios, a Jesús, a los ángeles y recibir los milagros navideños que tanto anhelamos y merecemos.
Cierro este blog con un versículo más que lo he hecho uno de mis muchos decretos de Guerra:
Tu presencia va conmigo y me das descanso. Exodo 33:14
Feliz búsqueda de ovejas negras y feliz cierre de ciclos.
Patricia Tanus.
Comments