En donde reina la muerte, no está Jesús. Él no se quedó en el sepulcro, ha derrotado la muerte y vive para siempre, y de hecho esta sentado a la diestra del Padre.
Si queremos superar la cultura de muerte que nos rodea, y entiéndase muerte como sufrimiento, falsas creencias, mentiras, violaciones, asaltos, acosos, pobreza, frustración, etc... hemos de salir de nuestros ámbitos de muerte y buscar a Aquel que vive para siempre, Aquel que no se dejó engullir por la muerte y decidió salir del sepulcro, ese Aquel lo conocemos como Jesús.
Te comparto que en mis lecturas bíblicas he estado reflexionando sobre todos los mensajes ocultos que puede haber en estas escrituras. De hecho le comentaba a una muy querida amiga que la Biblia debe en verdad contener algo totalmente divino o mágico ya que han pasado tantos años, se ha traducido (bien o mal) a más de 2846 idiomas y se encuentra distribuida en 157 países. Ha sido motivo de controversia, de luchas, de discriminación, y de quien sabe cuanta cosa más... pero sigue vigente, sigue tocando mentes y corazones. En su lengua original es altamente curativa, en sus traducciones es inspiración, guía e incluso fuente de paz. Y es justo que en las enseñanzas de Jesús podemos encontrar un camino consciente y acertado para salir del sepulcro y hacer que alguien vuelva a la vida, a la buena vida. De hecho he llegado a pensar que los desterrados son justo los que se encuentran en el sepulcro y solo necesitan seguir las señales (como Alicia en el país de las maravillas) para salir de la madriguera o sepulcro.
Lo cierto es que la Biblia no es un libro al azar, no es trivial, simplista o superficial. Es un libro brutalmente honesto que funciona justo en medio de las ásperas realidades que enfrentamos en la vida, en medio de nuestro sepulcro diario. Incluso tiene un libro dedicado a la reflexión y la lucha con la aparente inutilidad y la falta de sentido de la vida. El libro del Eclesiastés abordó este problema milenios antes de Kierkegaard, Sartre o Camus ( pensadores existencialistas del siglo XX). La Biblia es una historia, como la tuya y la mía... solo que esta es una historia que cuenta de dónde vino el mundo, lo que ha salido mal en el y lo que Dios está haciendo para corregirlo. Puede ser pensado como una obra de teatro en cuatro actos: Creación, caída, redención y restauración.
Es así que considero que la Biblia es muy sensible al problema del sufrimiento, incluyendo el sufrimiento interno que muchas personas modernas enfrentan en sus santos sepulcros. Siempre tiene algo que decirnos sobre estos temas, si tenemos ojos dispuestos a leer y oídos dispuestos a escuchar. De ahí que Jesús dijo:
«El que tiene oídos para oír, oiga.
bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen.17 Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.» Mateo 13:9-16
En fin, regresando al punto de SALIR DEL SEPULCRO, cuando estamos dispuestos a "escuchar" las enseñanzas de Jesús o de otros tantos guías espirituales que han marcado a la humanidad (Krishna, Jesús, Confucio, Kuthumi, Melquisedec, María la Madre de Jesús, Babaji, Gautama Buda y muchos otros) entonces encontramos las herramientas clave para lograr nuestro cometido: TRANSFORMAR EL SUFRIMIENTO EN ALGO MEJOR.
UCDM nos invita a considerar que la resurrección (salir del sepulcro) no tiene que ver con el cuerpo físico, sino es un estado mental que recuerda que somos infinitos e inmortales, ya que lo que verdaderamente somos no pude morir. Somos un espíritu que esta conectado con la fuente, y por lo tanto la resurrección es LA ILUMINACIÓN, un estado que nos hace recordar que somos espíritu sin opuestos y que el amor (no como sentimiento, sino como acción) es lo que nos mueve y lo que SOMOS. En el estado de resurrección se le da la bienvenida al amor y ya no se le teme.
«La resurrección, dicho llanamente, es la superación de la muerte o el triunfo sobre ella, es un redespertar o renacimiento... Es el abandono de cualquier otro propósito, cualquier otro interés, cualquier otro deseo o cualquier otro empeño. Es el deseo único que el Hijo tiene por su Padre». UCDM M-28.1
El final de ambos libros La Biblia y UCDM nos plantea eso: la resurrección, SALIR DEL SEPULCRO. Nuestro aprendizaje, nuestro karma, nuestra metamorfosis se consuma con la resurrección, con la aceptación de la expiación (entrega al Espíritu Santo toda idea equivocada) y salimos a la vida real y verdadera que es lo que llamamos paraíso.
Y para ello tienes el libre albedrío de elegir. Elegir si deseas seguir encerrado en tu sepulcro o ELEGIR AMOR...
Yo soy Patricia Tanus
La luz sea contigo...
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